En este juego se mezclaban el conocimiento de vocabulario y de ortografía, además de la habilidad de saber saltar sobre un compañero colocado en ángulo recto, o su tronco y cabeza paralelos al suelo sobre el que se apoyaba con sus pies.
Se trazaba una circunferencia sobre el suelo y, tangencialmente a ella, un cuadrado. Dentro del cuadrado se situaba el jugador que la velaba.
El primer jugador en saltar dice por qué letra ha de comenzar el nombre que tendrán que decir el resto de jugadores al saltar.
Así podrá decir: Por "H"... herrero. y el resto de jugadores dirán nombres que comiencen por "H" pero sin repetir ninguno de los que se han dicho antes y que ortográficamente sea correcto, de no ser así ( en ambos casos) perderá y pasa a velarla él.
Todos los jugadores saltan de seguido apoyando las palmas de las manos sobre la espalda del que la vela y cayendo dentro del círculo, delimitado por la circunferencia dibujada anteriormente en el suelo.
El jugador que salta ha de quedarse inmóvil sobre sus pies al tocar el suelo, de no hacerlo pierde y sustituye en el puesto al que la velaba.
Cada vez que salta un jugador, los que están ya dentro del círculo pueden moverse acercándose a la circunferencia y alejándose de quien la vela.
Al terminar de saltar todos, el primero que saltó coloca su mano en la cabeza de quien la vela y dice un nombre. Si ese nombre comienza con la letra dicha al principio, los jugadores salen del círculo antes de de sean tocados por el que la vela; pero si el nombre no comienza por la letra indicada al principio, y alguno se mueve y lo ve el que la vela, pasará a velarla el que se movió sin tenerlo que hacer.
Autor: Jesús Castro Domínguez.
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