Al otro lada del camino se hallaban el horno de teja y sus anejos. |
Pozo redondo y pilas abrevadero del ganado de labranza. Se utilizaban también para lavar la ropa. |
Resurgen, en mis recuerdos infantiles, las imágenes de aquel viejo y desvencijado tejar junto al arroyo del pueblo. Las preguntas fluían en mi mente: ¿Era muy antiguo? ¿Quién o quiénes trabajaban en él? ¿Para qué servía lo que se cocía en él? ¿.....?
Eran éstas, y otras muchas, las preguntas que me hacía de niño porque nunca lo vi funcionar. No era lo mismo imaginarme cómo salían las tejas y los ladrillos de su interior que ver como el señor Placido hacía los adobes, de distintos tamaños según se los pidiera el comprador, y los secaba al sol.
Hoy tengo respuestas a aquellas "complicadas preguntas" de mi infancia y quiero compartirlas con aquellas personas que sienten curiosidad por conocer la "historia de su pueblo, de mi pueblo".
Su construcción data de finales del siglo XVII o inicios del XVIII. Su primer propietario fue don Jerónimo Esteban, que lo mandó construir "a su costa". El dieciocho de mayo de mil setecientos dieciocho pasa a la fábrica de la iglesia parroquial de san Juan Bautista de Pozoantiguo.
Don Jerónimo Esteban, arcipreste del partido de Toro y cura párroco de san Juan Bautista de Pozoantiguo, funda un "Aniversario " de una misa cantada, el día de san Jerónimo de cada año "perpetuamente para siempre jamás",a cargo de la fábrica de la parroquia de san Juan de Pozoantiguo. Para cubrir esos gastos dejaba "un horno de teja extramuros de este lugar que él había hecho a su costa. Con su cubierta para meter la teja y con campo y era para tenderla. Con todo lo anejo y dependientes derechos y servidumbres que le pertenecen y puedan pertenecer....".
Pero esta donación se hace con unas condiciones muy claras, que están expresadas en el documento fundacional de dicho "Aniversario". Solamente mencionaré una: "Previene al mayordomo de la fábrica, que cada año fuere, y al cura que "Cuando arrienden dicho horno saquen en condición a los tejeros que han de quedar reparada la casa y dicho horno, corrientes los arcos y todo lo demás para que al año siguiente se pueda cocer en él sin tener que hacer reparación alguna" (antes de comenzar la nueva campaña).Finalizando la primera mitad del siglo XX dejó de prestar servicio y los escombros y humedades lo convirtieron en unas ruinas, como tantos otros locales (palomares, casetos, ermitas, iglesias, etc. En la actualidad está cubierto o relleno de escombros y ha servido, hasta principios de siglo, para guardar ganado lanar. Para ello se procedió a levantar cobertizos y un cercado de ladrillos, en el espacio que ocupaba el mismo y sus anejos.
Jesús Castro Domínguez.
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