Al cinto,
era un juego entretenido y de velocidad; para ello se necesitaba un cinto de
sujetar pantalones o una correa de material o de goma.
Una vez
preparados los participantes se colocan en un refugio o casa; uno de los
jugadores esconde el cinto en un lugar reguardado.
Una vez
escondido el cinto, el que lo escondió ordena su búsqueda y salen todos a
buscarlo. El que lo escondió va orientando al grupo con las palabras: “Frio,
templado, caliente, que te quemas, que te abrasas, que te das con las tenazas”;
ello depende de la lejanía o proximidad del lugar donde se encuentra escondido
el “cinto”; a más alejado “frío”, a más próximo ”caliente” y junto a él “que te
quemas….”.
Una vez
que algún “buscador” recupera el cinto, éte lo extiende y sale corriendo detrás
de los demás jugadores dándoles “cintazos” si consigue alcanzar a alguno antes
de que entre en el “refugio o casa”.
Una vez que
todos han llegado al refugio, el que encontró el cinto va a esconderlo
reiniciándose el juego.
Ni que
decir tiene que al que se duerme lo despiertan a “cintazos”. Por eso cuando se
dice ” que te quemas, que te abrasas……” si no eres tú el que está más próximo
al “cinto”, o dudas de si eres tú. Salías corriendo al refugio.
Autor: Jesús Castro Domínguez.
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