lunes, 8 de julio de 2024

JUEGOS INFANTILES DE LOS AÑOS CINCUENTA: XV.- EL ARO O LA RUEDA.

    Os voy a presentar un juego que me ha recordado un amigo y vecinos de barrio en la infancia, Baltasar  Melgar, (el hijo del señor José y la señora Baltasara) y en agradecimiento hacia él por haber colaborado conmigo en este intento de que no se pierdan los juegos que nos enseñaron nuestros mayores, es el juego del "aro".

   Para jugar al "aro" o la "rueda" era necesario tener un aro o una rueda.  Estos eran de madera, metálicos o de plástico (como los actuales) para practicar malabares o gimnasia rítmica. 

Como complemento usábamos una varilla metálica recta (cuando la rueda era la llanta vieja de una bicicleta) o una "horquilla" (de alambre acerado un poco grueso) y que en ambos casos servía para dirigir el aro o rueda.

                                                                  Aro moderno de plástico duro.

                                   Varilla para frenar y empujar o impulsar y dirigir el aro.

   Últimamente, con la aparición del automóvil y las ruedas de goma o caucho, se usaban estas ruedas para tirarlas rodando por las pendientes.

   Pero lo realmente divertido era el hacer carreras con los aros para demostrar nuestra habilidad y dirigirlos hasta el destino señalado.  En el caso de no llevar el aro la dirección deseada, lo podíamos frenar poniendo la horquilla (en la posición que aparece acompañando al aro) de la mitad del aro para arriba y por dentro, pero si era para impulsarlo la horquilla se colocaba al revés (y por fuera) y de la mitad del aro para abajo. 

El jugador o corredor debía sujetar el alambre acerado por la parte más alejada del aro. La horquilla, que conectaba con el aro, debía tener un hueco algo mayor que el grosor que tenía el aro o la rueda/llanta de la bicicleta.

   Eran impresionantes las "carreras" que se realizaban en un momento: Lo mismo subíamos que bajábamos pendientes (decíamos, cuesta arriba o cuesta abajo), para ambos casos debíamos tener destreza y resistencia atlética. Otras veces se trataba de esquivar obstáculos o cruzar el arroyo del pueblo (con agua o sin agua). Eran inimaginables los recorridos que nos inventábamos, dependiendo de la época del año y del estado del terreno. 

   Era un juego de resistencia y por ello solíamos jugar en estaciones en que el calor no agobiara; pero si había que hacerlo en el verano ....también se hacía pero al atardecer, no a la hora de la siesta.

   De niños..¡No se nos resistía nada! ¿O es mentira?

 Autor: Jesús Castro Domínguez.

  http://pozoantiguoysusgentes.blogspot.com

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