El juego
del “quemao” o “quemado” consistía en eliminar jugadores del equipo contrario.
Se
practicaba con una pelota o balón blando (para no hacer daño) en un campo
rectangular dividido en cuatro espacios, los dos centrales más amplios.
Una vez
que se habían hecho los equipos, se tiraba el balón o pelota al aire en la
parte central del campo; el jugador, que consiguiera alcanzar la pelota y
llevarla a su campo, comenzaba el juego.
En el
inicio todos los jugadores estaban en los campos centrales menos uno por equipo
que lo estaba en el “cementerio” (o lugar de los “quemaos”.
En el
lance de balón (siempre con la mano) podía ser de dos formas, una tirando a dar
al contrario y la otra combinar con uno de los compañeros del “cementerio”.
Si
conseguía tocar a un jugador del equipo contrario y caía la pelota al suelo, el
jugador “tocao/quemao” pasaba a su “cementerio” y lanzaba a los jugadores del
equipo contrario; si lograba “quemar” a alguno, él se salvaba y el “quemao”
pasaba al “cementerio”.
El juego
acabaría cuando todos los jugadores de un equipo estuvieran en el “cementerio”
y sin posibilidad de “recuperar sus vidas”.
Así de
sencillo y placentero era el juego del “requemao” o “quemao”.
Autor:
Jesús Castro Domínguez.
http://pozoantiguoysusgentes.blogspot.com
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