El juego
del “tirachinas” consistía en hacer puntería utilizando un “artefacto” que
recibía este nombre por servir para lanzar “chinas” algo grandes o “cantos
rodados” pequeños.
El
“tirachinas” se elaboraba artesanalmente por los mismos niños aprovechando una
rama de árbol, seca o cortada para la ocasión, que tuviera forma de “Y”
mayúscula.
También lo
hacíamos con un trozo de alambre gordo acerado, que utilizaban nuestras madres
para colgar la ropa, que le sobraba o ya viejo.
Si era de
madera, en la parte final de la “Y” le hacíamos dos muecas algo profundas para
ajustar a ellas los dos extremos de la goma alargada que habíamos recortado de
una cámara de ruedas de aire, de bicicleta, de coche,…..que ya no servían para
el fin que habían sido elaboradas.
La unión
entre la madera, o el alambre acerado, y los extremos de la goma solíamos
hacerlos con alambre, o con cordón fino, pero resistentes para que no se
rompieran.
En la mitad
de la goma se ponía un refuerzo de tela o mejor de badana o de piel de gato,
conejo o liebre, algo más ancho donde colocábamos la “china” o canto rodado.
Una vez
elaborado, el “tirachinas”, nos serviría para usarlo hasta romperse por el uso
o el “abuso”.
Teniendo ya
todo lo necesario para el juego, era hora de probarlo. Para ello había que
afinar la puntería y fuerza para dar en el “blanco” o ver quién de los
jugadores llegaba más lejos.
Habitualmente lo utilizábamos para “hacer puntería, para ello sólo había
que colocar en línea recta el ojo, la piedra y el blanco, y estirar las gomas
para impulsar la piedra o “china”.
El “blanco” seleccionado podían ser,
habitualmente, objetos o animales y raramente personas:
En el
primer caso los destinatarios preferentes eran las bombillas del alumbrado
público, los boquizos de los tejados o….vaya usted a saber.
En el
segundo solían ser los pájaros, las palomas, los perros sueltos y los gatos.
Era una
diversión muy natural pero…..arriesgada en muchas ocasiones si éramos
descubiertos por personas mayores, y más si eran los dueños del “blanco”
atacado.
¿Veis qué
forma tan sencilla y económica de divertirse? Sin necesidad de móvil o
televisión… o juegos electrónicos que nos atontan la cabeza y nos entumecen los
glúteos.
Autor:
Jesús Castro Domínguez.
http://pozoantiguoysusgentes.blogspot.com
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