Sucedió
el primero de Mayo del 2016 y no por casualidad sino por el deseo y a iniciativa de
“Chencho” (componente muy apreciado del colectivo). La chispa se produjo, en su
persona, años atrás…. pero la propuso en el caluroso Verano del 2015.
Iglesia parroquial de san Juan Bautista, de Pozoantiguo. |
Con
gran rapidez se extendió por todo el grupo (nueve quintas y doce quintos) como
si de un incendio veraniego se tratara.
.
Quintada ante las escuelas de "NIÑOS Y NIÑAS" de Pozoantiguo. |
Por diversos motivos no pudieron asistir
diversos miembros de la "Quintada" pero sí estuvieron presentes en el recuerdo de todos los participantes.
Quintada en el mirador de la plaza de san Pedro Apóstol de Pozoantiguo. |
Nos reunimos seis quintas y ocho quintos, arropados
por diez consortes.
Quintada y acompañantes ante las "ESCUELAS NACIONALES DE NIÑOS Y NIÑAS" de Pozoantiguo. |
Quintada y acompañantes ante la antigua iglesia parroquial de san Salvador de Pozoantiguo. |
Quintada ante la Virgen del Rosario y altar mayor de san Juan Bautista (en siglos pasados de la iglesia parroquial de san Pedro Apostol de Pozoantiguo. |
Cada
rincón de nuestro pueblo (que fue “abandonado” a los nueve años , por alguno
de los quintos, por motivos profesionales de sus progenitores) nos evocaba
nuestra infancia: Juegos (canicas, tarusa, piola, policías y ladrones, etc.).
Un recuerdo especial para el famoso "encierro de toros con picadores a caballo: Acaeció a la hora del recreo al salir al patio exterior o calle. Los chicos mayores eran los "picadores", los medianos eran los "caballos" a los que asían por el cinto o la camisa los "picadores", y todos los más pequeños éramos los "toros".
El planteamiento del juego fue genial,...... el desarrollo del mismo no tan bueno, las consecuencias ..... catastróficas. El recorrido por el camino que se dirige a Villardondiego, el terreno mojado por el agua de la lluvia, el calzado lleno de barro pegajoso aumentaba su peso considerablemente. La llegada a la escuela no se produjo hasta después de la comida, los resultados....los menos deseados: De rodillas y con un sobrepeso sobre las palmas de las manos que si los dejabas caer la vara del maestro se cernía sobre nuestra espalda,...y así pasamos el resto de la sesión vespertina (de dos horas) se hizo eterna.
Otras de nuestras fechorías o "hazañas bélicas", eran las “canteas” en la casa del médico (cuando estuvo construyéndose) o en el espacio de los palomares.
Un recuerdo especial para el famoso "encierro de toros con picadores a caballo: Acaeció a la hora del recreo al salir al patio exterior o calle. Los chicos mayores eran los "picadores", los medianos eran los "caballos" a los que asían por el cinto o la camisa los "picadores", y todos los más pequeños éramos los "toros".
El planteamiento del juego fue genial,...... el desarrollo del mismo no tan bueno, las consecuencias ..... catastróficas. El recorrido por el camino que se dirige a Villardondiego, el terreno mojado por el agua de la lluvia, el calzado lleno de barro pegajoso aumentaba su peso considerablemente. La llegada a la escuela no se produjo hasta después de la comida, los resultados....los menos deseados: De rodillas y con un sobrepeso sobre las palmas de las manos que si los dejabas caer la vara del maestro se cernía sobre nuestra espalda,...y así pasamos el resto de la sesión vespertina (de dos horas) se hizo eterna.
Otras de nuestras fechorías o "hazañas bélicas", eran las “canteas” en la casa del médico (cuando estuvo construyéndose) o en el espacio de los palomares.
Los
palomares era el lugar elegido para cazar palomas “al vuelo”(con tiradores o
tirachinas, con carabina de aire comprimido o con piedras lanzadas directamente
con nuestras manos).
Para la
caza con “pajarera” de gorriones, tordos o nuevamente palomas elegíamos
las eras (en Verano) y los corrales o la fuente de la “Señá” Perfecta en el resto del año.
También
fue tema de nuestras animadas conversaciones las pandillas y sus actividades, la “escuela de
primeras letras” de doña Felipa y la señora Clara, las excursiones a las
próximas eras o a la lejana alameda de Adalia los Jueves por la tarde (con don
Ramón, don Pedro o don Fabián-Eutimio,…. los niños y con doña Maruja, doña
Dionisia,… las niñas. La coeducación no había llegado a las “Escuelas
Nacionales” de España.
Esto es
un pequeño relato de lo que recordamos con nostalgia pero con alegría y que nos
lleva al interno deseo de “convocar” un próximo “RE-ENCUENTRO”, por el “buen
sabor de boca” que nos ha dejado este primer evento.
Jesús
Castro Domínguez.
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