miércoles, 22 de marzo de 2017

LOS PALOMARES: MOTOR DE LA ECONOMÍA DE POZOANTIGUO.


El término “palomar” tiene su origen en la palabra latina “columbario” [edificio propio para habitar la paloma o “columba” (nominativo singular de “columba/ae”)]. Sus paredes interiores estaban horadadas por unos huecos en forma de cuartas partes de esferas que servían de niales o nidos donde realizaban las “puestas de huevos” las palomas/hembras y que posteriormente incubaban hasta que nacían sus crías o “palominos” a las que alimentaban los progenitores hasta que se convertían  en aptos para volar y conseguir autoalimentarse.
Su construcción ancestral es de origen antiquísimo (varios siglos anteriores al nacimiento de Cristo) y el material más utilizado siempre fue el barro o arcilla. Después de una cimentación de piedra o canto se alzaban las paredes de adobe o tapial  (hábilmente combinados o en solitario) y se remataba con un tejado, protector de los agentes meteorológicos, y unos pequeños ventanales denominados “troneras” por donde entraban y salían las palomas.
Las variedades y formas de estas construcciones eran muy diversa: Cuadrados, rectangulares, circulares o redondos e irregulares. 

Palomar cuadrado de Pozoantiguo. Imagen tomada de http://mapio.net/a/15577614/

Palomar redondo de Bustillo del Oro. Imagen tomada de www.verpueblos.com
Su ubicación suele ser en las riberas de arroyos o  acuíferos permanentes y superficiales, en el interior de  los recintos circundantes a las viviendas (corrales, patios, cortinas o herreñales) o a campo abierto, a lo largo del término municipal.
Después de esta pequeña descripción, del edificio y sus ocupantes   principales, nos vamos a dedicar al estudio de su importancia a nivel económico y medio-ambiental en Pozoantiguo,  pequeña localidad del “Alfoz de Toro”.
Los palomares tuvieron una importancia vital en la economía local, a nivel individual y colectivo, de sus habitantes; igualmente fue transcendental en  la conservación del  “hábitat” humano y medio-ambiental de este espacio rural.
Apoyamos esta afirmación en diversos puntos objetivos que vamos a ir exponiendo seguidamente:
1º) El número de palomares se situaba por encima de los cincuenta, en el año mil novecientos veinte.
2º) Su producción avícola-ganadera o de pichones era muy importante, fundamental, en la alimentación de la población rural.
3º) La venta de palomas y pichones suponía un importante ingreso en la economía familiar, que complementaba con la proveniente de los productos agrícolas (cereales, legumbres, viñedos, frutales, etc.) y de la ganadería (ovino, caprino, vacuno, mular y asnal, etc.).
4º) Las palomas eran la “mano de obra” más barata, en la mayoría de las explotaciones agrícolas, para exterminar las semillas malignas y los insectos dañinos que se adueñaban de los sembrados, barbechos, plantaciones arbóreas (madereras  o frutícolas) y hortícolas. Era una época en la que los productos “fitosanitarios” no abundaban o eran inalcanzables para la débil economía del campesino.
5º) El abono, que proporcionan estas aves y que se llama palomina (excrementos  de las palomas) era hábilmente utilizado por el agricultor. Servía para fertilizar el terreno, que posteriormente se sembraba, y así se incrementaba la producción agrícola; de este modo se obtenía mayor rendimiento con su recolección.
Veamos dos casos, constatados y documentados,  para comprobar la importancia de los palomares en la economía de los habitantes de Pozoantiguo:
a) Nemesia Rodríguez era poseedora de dos palomares; la propietaria tenía un alto “status” económico y social en dicha localidad.
b) Dos hermanos, Toribio y Ruperto, reciben la herencia de una tía de ambos (ya fallecida) y entre los bienes heredados está un palomar. Sortean todos los bienes, en lotes equivalentes, a excepción de dicho palomar, el cual lo dividen en dos partes, una para cada  heredero.
 Ello demuestra la importancia que tenía el ser poseedor de un bien tan preciado, por pequeño que fuera, para la economía familiar.
En la actualidad  el número de palomares es poco superior al de los dedos de una mano. Ello se ha debido, entre otros muchos factores, a los siguientes que voy a enumerar:
  a) Al abandono, en los cuidados de mantenimiento de sus recintos, por sus propietarios a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
  b) A la disminución de los habitantes de la localidad, debido al gran éxodo de los jóvenes a otros lugares de España o al extranjero.
  c) A la mala situación económica por la difícil venta de pichones y palomas.
  d) A los cambios de hábitos alimenticios por la facilidad de conseguir otros tipos de carne.
  e) A la disminución del número de población que los consume. Su población ha descendido enormemente, pasando de los mil cincuenta y siete habitantes en 1920 a los doscientos cuarenta y dos en el censo de 2016 (en la actualidad sigue disminuyendo), y el gran aumento de la edad media de sus vecinos.
  f) A la gran mortalidad de dichas aves motivada por los insecticidas y plaguicidas utilizados en los cultivos.
Podría seguir añadiendo otros muchos factores, todos ellos han logrado acabar con uno de los elementos productivos más antiguos (anterior al imperio romano) e importantes en la economía rural de Pozoantiguo.

"El viejo palomar" (Autor: C.R.E.Z tymp). Pueblos de España.
  Esta es la imagen más habitual en la mayoría de los antiguos palomares de Pozoantiguo. Es una pena pero es la triste realidad que se repite en la mayoría de las localidades del Alfoz de Toro, incluso en la provincia de Zamora.



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