Castañina, peón o peonza con su cuerda y moneda de dos reales.
La castañina, peonza o peón, es un juguete infantil de madera y en forma de cono invertido, cuyo vértice está rematado por otro cono invertido y metálico mucho más reducido y sobre el que girará o dará vueltas y que denominábamos con el nombre de "peto". Este segundo cono tiene su base esférica o semicircular para no hacer daño al recoger la castañina del suelo (o del aire en el caso de los más expertos).También los hay más hábiles que la recogen bailando con el cordón, para no agacharse a recogerla bailando, y la hace bailar en el aire sobre dicho cordón.
El "peto" que venía de fábrica solía estropearse o perderse pronto y dejar inservible la castañina. Para solventar este inconveniente dicho peto era sustituido con habilidad por otro más práctico y resistente. Su construcción era muy sencilla: Extraído el peto original se introducía en su hueco un tirafondo de similar grosor y posteriormente se limaba la cabeza del mismo hasta darle forma redondeada. Otro detalle práctico era cortarle la "coronilla" de madera, situada en la parte opuesta al peto, que era similar a un tronco de cono invertido y dejarla según aparecen en las fotografías.
La moneda de dos reales, que aparece en las fotos, solía sustituirse por otras de cinco o diez céntimos e incluso por chapetes, o cierres de las botellas de bebidas, que se aplanaban con una piedra y se les hacía un agujero en el medio. Su misión consistía en sujetar el cordón con el que se enrollaba a la castañina para lanzarla de forma más efectiva.
La castañina era un juguete muy barato y entretenido para un niño de los años cincuenta del siglo pasado; unas veces te lo regalaban los padres o un familiar, otras lo comprabas en la tienda del pueblo con el dinero de las propinas, que te daban los familiares los domingos y festivos.
Castañina preparada para ser lanzada a bailar sobre tierra.
A veces los adultos torneaban un pequeño pedazo de árbol, dándole esa forma cónica característica para que bailara bien. La mejor madera y más asequible era la de encina. Pero......vayamos a lo más práctico de este juego.
Castañina para ser lanzada sobre superficie dura, con moneda de dos reales. Había dos formas principales de lanzar la castañina para que bailara. Las dos posiciones son las reflejadas en las dos últimas fotografías. Con el peto para abajo era para lanzarla sobre tierra o para afinar la puntería sobre otra castañina o sobre monedas en tierra. Con el peto mirando para arriba era para bailarla sobre cemento o para recogerla en el aire bailando sin tocar el suelo.
Os contaré un secreto, pero que no os ofenda a nadie, era cosa de la infancia: El lanzarla con el peto para arriba decíamos que era "tipo señorita" y si era con el peto para abajo era "tipo señorito" pero la realidad era que todos la tirábamos de ambas formas, dependiendo de cada momento y circunstancia.
Una de las variedades de juegos con las castañinas consistía en trazar dos circunferencias concéntricas (más o menos regulares) y con diverso tamaño dependiendo de la habilidad de los jugadores. El juego consistía en impactar con la castañina en el círculo central y que la castañina saliera bailando fuera de la circunferencia grande y fuera recogida bailando por el jugador sobre una de sus manos indistintamente.
De quedar alguna de las castañinas dentro el terreno que delimitaban ambas circunferencias o no lograra hacerla bailar, ésta quedaría condenada a ponerla dentro del círculo pequeño y, el resto de jugadores salvados, deberían intentar sacar las que estaban "condenadas" dentro de alguno de los círculos golpeándolas con el peto o con la panza (parte de la madera) de su castañina sin que ésta quedara dentro del terreno delimitado por la circunferencia mayor. De quedar todas dentro se iniciaba nuevamente el juego.
Similar a éste era el que consistía en trazar una sola circunferencia e introducir, en el círculo delimitado por ella, tantas monedas como jugadores e intentar sacarlas siguiendo el mismo proceso que en el juego anterior.
Otra variante consistía en marcar una línea, más o menos recta, en el suelo de tierra y, desde una distancia previamente acordada, impactar lo más próximo posible de dicha línea. El jugador que más se aproximara o impactara con el peto en dicha línea,y se mantuviera bailando la castañina, era declarado ganador y recibiría de los demás un santo o vista, un chapete, cinco céntimos,....o lo acordado antes de iniciar el juego.
Y una última modalidad, que solía hacerse según nos desplazábamos en "pandilla" y era el de "jugar a petonazos": Consistía en que el jugador que había perdido en el sorteo lanzaba la peonza y el siguiente en turno intentaba hacer blanco en la castañina que estaba en el suelo. De no haber impactado en la misma, era la suya la que quedaría en el suelo y se repetiría el mismo proceso. Así se continuaría hasta llegar al destino o cansarse de este juego.
Espero y deseo que esta serie de juegos, de nuestra infancia, os traigan abundantes y alegres recuerdos.
Autor: Jesús Castro Domínguez.
http://pozoantiguoysusgentes.blogspot.com
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