Llamábamos "chito" a un trozo de madera de forma cilíndrica, de prisma(fig.2), piramidal(fig.1), ...o de cualquier otra forma (a veces era una simple piedra un poco alargada). Si era un objeto de forma regular, se ponían los santos en la cara de arriba, y si era irregular y no se podían poner sobre ella, se ponían debajo de ella. Todo tenía solución, el caso era jugar.
"Chito" de forma piramidal(fig.1)
Aquí vemos dos "modelos" de los muchos posibles e imaginables. Siempre se colocaban en una línea para calcular mejor las distancias entre "chito", "santos" y "petaco" lanzado.
"Chito" de forma de prisma (fig.2)
El objeto de lanzamiento solía ser un "petaco", objeto metálico más pesado que una moneda, con algún dibujo.
Una vez colocados el "chito" y los "santos" en un punto de una recta, se trazaba otra línea recta o un arco de circunferencia a cierta distancia, dependiendo de la edad y la fuerza de los jugadores. Había dos opciones posibles, siempre detrás de la línea o arco de circunferencia y sin pisarla, para realizar el "tiro": Una, con el pié delantero fijo en el suelo, y otra, cogiendo carrera desde atrás.
Una vez lanzado el petaco, la piedra o una teja podías hacer o dar en el "blanco" o no. Si no le dabas.... pasaba el turno al siguiente jugador pero si le dabas había doble opción: Que el petaco quedara entre los "santos" y el "chito"ganando así esa jugada (y los "santos" que quedaran más cerca del "petaco" eran para tí) o que el "petaco" quedaba más alejado de los "santos" y entonces se decía: Chito "pa tras"... a volver a tirar.
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